La formación de la biblioteca vivida y el aprendizaje a partir de los criterios en los que se establece una lectura.

Resumen

A lo largo de nuestra trayectoria de vida coleccionamos obras que se vuelven inolvidables, por diversos motivos algunos fragmentos, personajes y tramas permanecen en la memoria a pesar del paso del tiempo y de la reunión de nuevas experiencias de lectura componiendo así el paisaje de nuestras bibliotecas vividas. Este artículo busca investigar, siguiendo la trayectoria de tres autoras que presentan elementos entretejidos en sus bibliotecas personales, cuáles sentidos adquiere la construcción de las relaciones personales con las lecturas. Se considera que el aprendizaje a través de las lecturas produce modos de pensar sobre sí mismo y sobre el otro, por ello el artículo insiste sobre esas posibles identificaciones entre estos y las experiencias individuales. Uno de los aspectos principales sobre los cuales se discurre, son los criterios para juzgar a las obras y a sus autores a partir de las propias experiencias de vida que posibilitan que ciertos libros sean considerados buenos y reconocidos como representantes de una cultura juzgada como legítima, en cambio otros, son considerados como inadecuados, nocivos o peligrosos para la formación de un lector. Como docentes en educación primaria, esas tres autoras recuperan relatos autobiográficos e historias personales a partir de su relación con los libros y autores durante su trayectoria en la universidad en una doble vía, como alumnas y como docentes.