De las pequeñas desobediencias en 'Jojo Rabbit

De las pequeñas deEntre infancias, bailes y amistades inverosímiles

Resumen

Este artículo se teje en el encuentro entre el cine, la infancia, los gestos de desobediencia y las emociones, posibilitando pensar los modos de existencia y resistencia de los niños. Con el largometraje “Jojo Rabbit” (2019), dirigido por Taika Waititi, experimentamos una infancia que escapa a la temporalidad del ciclo vital y la docilidad de los cuerpos, ensayando una alteridad infantil en pequeñas revueltas. La trama, ambientada al final de la Segunda Guerra Mundial, tiene como protagonista a Johannes Betzler, un niño de diez años. El proyecto de vida de Betzler es convertirse en un hombre-soldado y defender su patria en los frentes nazis. Su proyecto, sin embargo, se ve interrumpido cuando sufre un grave accidente en su entrenamiento militar y también por el descubrimiento de que Rosie, su madre, esconde a Elsa, una niña judía, dentro de su propia casa. ¿Son los encuentros del niño soldado con Rosie y Elsa capaces de afectar y desestabilizar sus certezas sobre el régimen nazi-fascista? ¿Podrán los bailes vividos por los personajes y una improbable amistad entre un pequeño alemán y una niña judía forjar movimientos de vida más allá del dolor, la muerte y la desesperanza de una guerra y su gramática de destrucción? Para la producción de datos nos inspiramos en la etnocartografía de pantalla y su propuesta de inventar mundos en contacto prolongado e inmersivo con el campo-pantalla, ejerciendo una fluctuación atencional con el registro de experiencias en un diario de campo. Al analizar las escenas, diálogos, secuencias y encuadres de la película, articulándolos a los referentes teóricos de la investigación, observamos la experimentación de otras formas de vida, en un abandono de los personajes que hizo posible la evasión de las recetas nazis, dando paso a fábulas que excedían lo vivido.